viernes, 29 de febrero de 2008

Horrenda violencia.

Ayer fui por un amigo a la central de autobuses del norte, venía de Torreón de haberse operado el hombro debido a una tercera dislocación de éste. De entre las muchas cosas que platicamos hubo una que me entristeció bastante. La violencia se ha disparado de manera alarmante (como en casi todo el país) en la comarca lagunera, me duele porque bien o mal es mi tierra. Washington y el gobierno del PAN han alineado esfuerzos no para que el tráfico de drogas termine, sino para que un solo cartel sea el que maneje los hilos (el del Golfo) y dicho cartel le rinda cuentas específicas a la DEA y el FBI. La inmensa red de suciedad y delito que se retuerce por doquier tiene subdivisiones e ingresos "extras", como buena mafia extorsiona y amedrenta a comerciantes locales, les es cobrada una "renta" que evita que mueran de maneras horribles, dicho pago debe ser puntual vayan como vayan las ventas. Esto no es nuevo claro está, dichos pagos antes se hacían a otras bandas de maleantes, digamos, un poco menos violentas.

En una ocasión unos tipos con toda la cara de pocos amigos llegaron y le dijeron a un conocido comerciante: "Ahora nos pagarás a nosotros, de lo demás nos encargamos"; como es de imaginarse el comerciante no supo cómo reaccionar y cometió un grave error, les contestó: "Oh por favor! si me permitieran checar eso" a lo que los matones contestaron: "Bueno tendrás noticias nuestras". Días después empleados de un autolavado de aquél comerciante fueron encontardos asesinados salvajemente (imagínense la peor muerte y aún estarán lejos). Luego los delincuentes llamaron al comerciante diciendo "¿Ya viste las noticias? ¿Ya sabes ahora que nos debes pagar?"
En otra ocasión en una cantina hubo un pequeño desacuerdo catalizado con alcohol, uan mirada fea nada más, uno de los implicados era un "Zeta", todo acabó con la muerte de la otra persona.
Así como estos ejemplos hay muchos más. La violencia no da cuartel. Las conciencias de estas personas pareciera no existen.
El asunto está más allá de un régimen moral o un cuadro de ideales, eso es francamente triste.



jueves, 28 de febrero de 2008

Viajar sin boleto...

Somos capaces de muchísimas cosas, de cosas maravillosas, podemos volar, podemos hacer sonreir a alguien, podemos transportar nuestra conciencia a lugares lejanos, PODEMOS SER FELICES.

Seguro han oído de los viajes astrales, eso también es muy cotidiano.

Según la ciencia clásica la experiencia de la proyección astral, no es otra cosa que un sueño muy lúcido en el cual sientes que te has desprendido de tu cuerpo. En experiencias cercanas a la muerte ha habido reportes que parecen desafiar este punto de vista.

En la proyección astral no estás realmente separado de tu cuerpo, pero tu conciencia sí, tu mente logra este efecto mediante el darte sensaciones de ser un espirítu liberado por tu cuerpo. Tu conciencia liberada puede deslizarse a través de dimensiones que la ciencia aún debate si existen o no.

El fenómeno existe y cualquiera que se lo proponga puede lograr una experiencia de éste tipo. A mí me funcionó el siguiente procedimiento, cada quién puede variarlo según sus necesidades:

Debes estar completamente relajado, tranquilo y con la mente en blanco, somnoliento pero no cansado sin estrés alguno durante al menos un par de horas (las que te tomará todo el ejercicio, tal vez menos cuando lo domines).

La música te puede ayudar a lograr el estado antes descrito, a unos les funcionan los discos donde se escuchan cantos de ballenas y delfines, a mí me funcionó el disco “( )” de Sigur Rös pero creo que cualquier música relajante y que a ti te tranquilice está bien.

Trata de que ciertos sonidos de la música que elijas sean extraños a tu cerebro, que no los puedas reconocer bien (Pink Floyd en algunas canciones por ejemplo) y pon el volumen de tal forma que se empalme perfectamente con el sonido ambiente.

Elige un libro que represente para ti cierta dificultad para leer, pero no demasiada como para que te veas demasiado metido en su lectura (uno que sea muy descriptivo estaría bien).
Acuéstate con tu libro, asegurándote de que tu cuerpo esté tibio y arropado, pero no demasiado caliente, ponte cómodo pero no demasiado como para caer en sueño.

Lee hasta que te sumerjas en la historia y tu mente fantasee con alguna escena descrita en el relato. En este punto deberías estar pestañeando y queriendo cerrar los ojos, cuando eso ocurra házlo.

Por favor NO TE DUERMAS al cerrar tus ojos, en ese justo instante trata de recordar la página que recién estabas leyendo, recuérdala lo más que puedas. Imagina que el libro aún sigue abierto e imagina que aún lo lees, recuerda partes específicas, pero no fuerces nada. No abras los ojos y sigue imaginando que estás leyendo la página. En este punto ves parpadeos y sombras destellantes que no tienen forma (como si hubieras sido deslumbrado por un gran “flash”).

No te concentres en esos “fantasmas” sigue pensando que estás leyendo esa página, en cada detalle, y si la página tenía algún dibujo imagina que también lo estás viendo. Imagina que estás leyendo en posición normal, que sostienes el libro que lo acercas a una distancia en la que puedes leerlo, concéntarte muy bien en esto.

Si haces bien lo anterior ocurrirá algo grandioso, en un momento dado te darás cuenta de que efectivamente estás leyendo el libro!!!

Tal vez no te des cuenta de esta trancisión la primera vez, pero con más experiencia verás cómo unos segundos párpados se abren (yo sentí eso). Tu visión se hará muy clara en ese momento.
En este punto mucha gente entra en shock y despierta de inmediato, pero si lo puedes controlar perderás tu visión por sólo unos segundos, luego la recobrarás.
Tranquilízate como al inicio del experimento, deja de leer y DISFRUTA.

Levántate, observa tu cuerpo dormitando, camina por doquier, atraviesa las paredes, vuela, visita a tu ser más amado en caso de que esté lejos, en fin puedes hacer lo que sea. No te asustes de lo que veas, nada puede hacerte daño y tampoco temas el que puedas perderte y no volver a tu cuerpo, por más que intentes no regresar, regresarás.

Repito, a mí me funcionó éste método como ningún otro, pero hay muchos más, sólo se necesita querer lograr el objetivo del desprendimiento y seguir los pasos muy cuidadosamente.

A viajar se ha dicho!

Nota: Usen una múica tranquila como esta:

martes, 26 de febrero de 2008

Lo único que te puedo decir es que...

Todo el tiempo estoy pensando en ti...

y te lo digo con una canción pegajosa...

jueves, 21 de febrero de 2008

Mis inútiles palabras...


No encuentro las palabras para decirte lo que ya sabes, que te amo con extrema locura y con toda mi razón, que quisera ser feliz haciéndote feliz, que en cada abrazo me encantaría calmar tus miedos y en cada beso fundirme más a ti.
En verdad me faltan las palabras, mi corazón se retuerce y aún así no puedo. No hay lenguaje que pueda describir cuánto te amo, tal vez hacerte el amor con toda mi alma te daría una pista...
Sólo quiero que sepas que siempre estaré contigo, que nunca me decepcionarás porque sé que todos fallamos, que no espero conocer todos tus secretos porque respeto tu más íntima esencia, que puedo vivir sin ti, pero juro que no quiero.
Me siento inútil ante el teclado, te amo con todas mis fuerzas, quisiera poder demostrártelo...

Bendito sea el Cósmico por dejarme conocerte...

F C A H


miércoles, 20 de febrero de 2008

¡Vuelvan a nacer!


De esto hablaba con la dueña de mis suspiros hace rato...

Yeshua ben Yoseh dijo: os es necesario nacer de nuevo.
La sequoia tiene raíces profundas de ellas se alimenta por más alta que sea su copa jamás pretende olvidar su fundamento.
¿Quiénes somos? ¿Acaso seres que sólo buscan pretender y hacer una imagen falsa de sí mismos? A veces pareciera que sí.
Busquemos nuestras raíces, regresemos a la esencia que nos marca, aquella que ha sido moldeada a través de lo eones y muchas vidas transcurridas. No adornemos nuestra alma con maquillaje terrestre, no llenemos nuestros rostros con ocres tonos, lavemos nuestras ropas, nazcamos de nuevo, regresemos a aquella sustancia primigenia que nos dio forma y a la cual pertenecemos, regresemos a la inocencia.
No olvidemos nuestras reacciones primarias, nuestros impulsos más sublimes. No te vanaglories, y no temas al fracaso. Ríe cuando es debido y no reprimas tus lágrimas. Ama, cree en ti mismo sigue tu senda y llega a tu destino, el regreso a la inocencia.


Esta hermosa canción lo ilustra todo:

[Love - DevotionFeeling - Emotion]
Love - DevotionFeeling - Emotion
Don't be afraid to be weak
Don't be too proud to be strong
Just look into your heart my friend
That will be the return to yourself
The return to innocence.
If you want, then start to laugh
If you must, then start to cry
Be yourself don't hide
Just believe in destiny.
Don't care what people say
Just follow your own way
Don't give up and use the chance
To return to innocence.
That's not the beginning of the end
That's the return to yourself
The return to innocence.
[Don't care what people say
Follow just your own way
Follow just your own way
Don't give up, don't give up
To return, to return to innocence.]
[If you want then laugh
If you must then cry
Be yourself don't hide
Just believe in destiny.]

[Amor - Devoción Sentimiento - Emoción]
Amor - Devoción Sentimiento - Emoción
No temas a ser débil
No te enorgullezcas de ser fuerte
Sólo mira en tu corazón amigo mío
Que eso será el regreso a ti mismo
El regreso a la inocencia.
Si lo deseas, entonces comienza a reír.
Si debes, entonces comienza a llorar
Se tú mismo, no te escondas.
Tan sólo cree en el destino.
Que no te importe lo que diga la gente
Sigue tu propio camino
No te rindas y toma la oportunidad
De regresar a la inocencia.
No es el principio del fin.
Es el regreso a ti mismo
El regreso a la inocencia.
[Que no te importe lo que diga la gente
//Sigue sólo tu propio camino
// No te rindas y toma la oportunidad
De regresar, regresar a la inocencia.]
[Si lo deseas, entonces comienza a reír.
Si debes, entonces comienza a llorar
Se tú mismo, no te escondas.
Tan sólo cree en el destino (que te forjas).]

miércoles, 13 de febrero de 2008


Esta es una de tantas historias en el día de San Valentín:

Un aciago día 14 de febrero, en la preparatoria donde estudiaba se realizó una actividad que me enfadaba, resultaba que cada día de esos se acostumbraba hacer entrega de cartas y regalos de parte de los anónimos enamorados, obviamente hacia el objeto de sus pasiones. Los dos años anteriores fui la única persona que no recibió presente alguno, esto no me disgustaba, a pesar de las estúpidas burlas de las cuales era objeto, antes bien tal celebración me parecía uno más de los engendros bastardos del mercantilismo y la participación en tal ritual venía a denotar el grado de imbecilidad que sin duda poseía cada uno de los que se permitían fomentar aquella actividad. Sin embargo en aquella ocasión recibí una carta, por un momento no sabía que hacer, hubo un momento en que me dieron ganas de desbaratar el sobre para observar el depósito que resguardaba, a mi mente acudieron cada uno de los millardos de pensamientos que mi imaginación había hilado, pasaron como fugaces estrellas en una lluvia inigualable tanto por su resplandor como por la potencia y número de bólidos. Al final no sé bien el porqué decidí resguardarla y esperar a estar cobijado en mi más habitual guarida, mi soledad. Una vez ahí ceremonialmente rompí uno de los costados del sobre, casi quirúrgicamente extraje su contenido y un dulce olor inconfundible y peculiar inundó la atmósfera, la letra era de mujer y de inmediato advertí al pie de página la huella indeleble de unos carnosos labios impregnados de lápiz color rojo. Comencé a leerla y lo que tenía escrito era textualmente:

“No sé como decírtelo, a fin de cuentas creo que las palabras sobrarían, pero, te amo. Espero que nos podamos ver mañana en la explanada de la escuela un poco después de la hora de salida, o sea cuando ya se hayan ido todos.”

Una voraz y febril contracción apresó mis cuerdas vocales, comencé a sudar vigorosamente, mi aliento casi desaparecía, mis extremidades todas se paralizaron, en suma mi reacción fue epiléptica, casi esquizofrénica, nunca llegué a pensar situarme en tal posición. De inmediato miles de hipótesis se volcaron en mi cerebro, gasté más de dos horas recorriendo cada una de ellas, hasta que surgía un obstáculo infranqueable que la hacía palidecer. Al fin hubo una que pudo sortear toda dificultad de lógica, antecedentes y demás vicisitudes que pudo plantear mi muy sesgada razón en aquel momento. Terminé deduciendo que aquella carta había sido escrita por una chica anónima de similar condición a la mía, una que alguna vez observó mi taciturno andar y dedujo mi deplorable y misteriosa esclavitud, una que intuyó que mi personalidad no rayaba en los perfiles huecos y estúpidos que los demás poseían, una que al igual que yo vivía esperanzada por la llegada sin aviso de una persona que pudiera rescatarla del abrumador abismo de la desolación y que al mismo tiempo vivía atormentada por la demora del destino, una que no pudiendo construir mejor artilugio, decidió utilizar a las circunstancias como fiel heraldo de sus sentimientos. Desde aquel momento viví sólo para aquel instante, uno que había esperado desde hacía mucho tiempo, uno en el cual pensaba al fin la vida se reconciliaría conmigo. No importaba cuánto habíamos sufrido, entonces pensé en avocarme a curar todas las heridas en aquel noble y angelical corazón que había tenido el coraje de atreverse a salvarme del letargo desgarrador y gélido en el cual hallábase mi alma. Yo le cuidaría y le proporcionaría todo el amor que mi mortal condición pudiera otorgarle, no me importaba si su belleza espiritual no derivaba en una física me bastaba con saber que aquella mujer era una enviada celestial que no tenía otra finalidad que la de intentar ser feliz a mi lado haciéndome feliz. Al día siguiente, contrario a mi costumbre luego de terminar con la jornada académica, deambulé un poco por las zonas deportivas, con el fin de aguardar que la multitud se dispersara fuera de la escuela, me deshice de mis mounstrosos anteojos (sólo Dios sabe por qué) y una vez transcurrido cierta cantidad de tiempo me dirigí para cumplimentar mi cita a ciegas. Me senté en una de las bancas disponibles en aquel paraje, y me satisfizo el no observar a nadie alrededor, me sentía confiado de que a lo mucho sólo se encontraba una persona escondida detrás de uno de los arbustos con el corazón funcionando a una capacidad nunca antes vista por la cercanía de tan extremas y violentas sensaciones, todas engendradas en la pureza del más nítido de los sentimientos. De pronto apareció una figura, una que no distinguía bien por la oscuridad y por mi impedimento visual, alcancé a distinguir una cabellera rizada, dorada casi fulgurante que danzaba con el aire, venía a mí corriendo, casi dando cabriolas, como por reflejo imité aquella conducta dirigiéndome tan ráudo como era posible, como queriendo matar lo más pronto toda la infinidad de malos momentos que hasta ése entonces hilados uno a uno habían representado mi vida. Aquello fue peliculesco, como extracto de un cliché hollywoodense, todo lo ridículo de aquel instante no podía sino presagiar la catástrofe que se avecinaba en mi vida, cuando hube casi llegado a sólo unos pasos de lo que hasta entonces creía la depositaria de mis afectos (afectos ficticios y construidos a fuerza de guillotinar a la razón) entendí la maldita trampa en la cual había caído, ella no era ella, era él. Era la más burda de las parodias femeninas jamás representadas por un varón, tenía un rostro caballesco, con dientes inmensos como de rumiante, el rostro todo pintarrajeado de la manera más patética imaginable, el entrecejo pobladísimo y la barba juvenil mal rasurada, veíase como uno de esos payasos que en vez de hacerte reír te causaban asco o a lo mucho enfado, tenía un vestido infantil acoplado a sus dimensiones toscas y larguiruchas, sus piernas repletas de vellos y un hedor que aun no consigo expulsar de mi memoria completaban aquel conjunto horrendo que aún hoy en día acude al llamado de mis pesadillas. Aquél esperpento tomóme del cuello con una violencia innombrable al tiempo que decía desgañitadamente “Bésame, amor mío” yo luché con todas mis fuerzas mas aquel individuo superior en fortaleza a mí asestó una carga asquerosa de saliva, sudor y lápiz labial sobre mi mejilla izquierda, luego oí como música infernal de fondo las carcajadas más estruendosas que jamás ha escuchado mortal alguno, provenían de aquel nefasto grupo cuyas delicias reposaban en fomentar mis miserias. Inútil es el tratar de explicar o siquiera dimensionar la rabia que sentí, furia punzante llenó cada vaso de mi cuerpo, mis venas parecían estallar y mi rostro se convirtió en una maraña de músculos tiesos que dibujaban el más exacto rostro de la ira, sentí espasmódicas arcadas, mi boca se secó en extremo, mi mente se nubló, mi razón se enervó en niveles exponenciales e infinitos. Por un momento permanecí paralizado ante aquella broma hiriente, no porque estuviera meditando mis actos sino más bien porque el estupor había cercenado todo aquel vestigio de buen proceder en mí, alcancé a ver unas cuantas piedras y reaccioné abruptamente, cuando me agaché a tomar mi arsenal escuché aquel sonido que hacen las estampidas al emprender una voluptuosa retirada, lancé una y otra vez pero mis enemigos lograron evadir mis proyectiles encendiendo así aun más sus infernales risotadas, agotados mis recursos corrí hacia a aquel grupo que comenzaba a dispersarse en direcciones aleatorias, como buen cazador elegí a la presa que me pareció la más indefensa, era una mujer que había elegido usar zapatos altos en aquella ocasión, cuando casi le doy alcance uno de sus tacones trabóse con la raíz mal anclada de un árbol haciéndola caer estrepitósamente al césped casi muerto, giró ella lo más rápido que pudo mientras yo me ponía encima. Por un instante nuestras miradas se cruzaron, y por un instante también se esfumó increíblemente mi furia, aquella chica era la encarnación de Afrodita, sus ojos fingían a la perfección una bondad casi celestial, sus labios parecían que sólo podían proferir alabanzas y sermones perfectos de amor, me sentí un maldito intentado querer proporcionar a mi ira un remanso con un vaso de venganza procedente de golpes propinados a una indefensa y hermosa mujer; pero entonces aquellos labios de apariencia inmaculada se convirtieron en los de una arpía que atinó a decir “¿Qué me vas a hacer maricón?”. De inmediato volví a sentir aquella rabia indescriptible que habíase extraviado un segundo, aún más renovada, posé mis pulgares en el hueco de aquel terso cuello dispuesto a estrangular a aquella encarnación súcuba, cuando sentí un tremendo y poderoso golpe asestado por el zapato de uno de mis enemigos justo en la sien izquierda. Más que noqueado caí medio muerto, no recuerdo más acerca de aquél episodio, sólo que desperté tremendamente aturdido y desnudo en horas cercanas a la media noche, en mi ano estaba clavado un rollo que al sacar y desenredar reconocí de inmediato, aquella maldita carta. No ahondaré sobre el cómo pude regresar a casa.


viernes, 8 de febrero de 2008

Tiempo


No me alcanzaría el tiempo
para besarte todo lo que deseo,
y me alcanzaría aún menos,
para decirte cuánto te quiero.

No alcanzaría el tiempo
para desnudarte como es debido
con exquisita finura
y con movimientos precisos.

No alcanzaría para acariciar tu beldad
tocar todo cuerpo o perderme en tu hoquedad
No sería suficiente para perderme dentro de ti
explorarte bien y al final encontrarme a mí

No habrá tiempo para estos versos sin métrica
repletos de sensaciones que se multiplican,
sean repetidos en tu oido mientras te eclipsan.



Échale mi Rogelio Aguas!

martes, 5 de febrero de 2008

Across the Universe

Escuché que esta canción iba a andar Across the Universe, que así sea y que nada cambie su mundo