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viernes, 14 de noviembre de 2008

Arquitectos de nuestro destino IV


La ley de la creación.


Esta ley también es conocida como ley del triángulo, debido a su geometría divina.
básicamente habla de que la unión de dos opuestos crea:

Femenino y masculino: crean.
Amor y odio: crean.
Coraje y pusilanimidad: crean.


No puedes entender la felicidad sin la tristeza, el placer sin el dolor, la euforia sin la tranquilidad...


Esto lo ilustró bellamente Khalil Gibrán en un fragmento de su hermosísmo poema Arena y espuma:

"Algunos hombres somos como tinta, y otros somos como papel.
Y si no fuera por la negrura de unos, algunos seríamos mudos.
Y si no fuera por la blancura de unos, otros seríamos ciegos."

Entonces pues la unión de opuestos genera.

Esto se puede ilustrar con el diagrama del inicio para los fines que nos competen, la anterior lección hablaba de la ley del amor (o ley de la atracción), esta ley nos permite materializar mediante la visualización. La ley del triángulo es un complemento de la ley del amor para que podamos recibir lo que hemos visualizado:

1. Visualiza con fé (ley del amor)
2. Actúa con fé (ley del triángulo)
3. Recibe.

Si tu deseo es, digamos viajar, tienes que visualizarlo profundamente (ley del amor) y actúar con fé (ley del triángulo). Muy difícilmente viajarás si te encierras en tu cuarto.

Estas dos leyes nos abren la puerta para experimentar lo que nuestros corazones más anhelan.

Al visualizar nuestros anhelos generamos ondas electromagnéticas que zurcan todo el universo y lo transforman, el universo a su vez generará una respuesta traducida en una condensación de energía (materia) que podremos percibir, el actuar con fé simplemente hace tangibles los pensamientos y preparándonos para la consecuente materialización de nuestra petición.

No confundan el desear algo de corazón, con la egolatría materialista, desear prosperidad, bienes materiales y cualquier otra cosa de índole física es una actitud muy humana y totalmente válida. Sólo escuchen bien la voz de su corazón, no las voces de afuera, que dicen esto es bello, esto es correcto, esto es apropiado. disciernan qué desean qué les hace felices, sigan ese camino y lo demás llegará por mera consecuencia.

Con profundo amor, un alquimista.

lunes, 30 de junio de 2008

Arquitectos de nuestro destino I

A continuación comienzo un serial de varias entradas que intentará adentrarlos al maravilloso mundo de la construcción de sus destinos, los resultados pueden variar según la persona, pero en general estos son los pasos fundamentales.
Aquí sólo son expuestos los fundamentos, y aún siendo sólo eso si son bien aplicados a la vida diaria esta puede revolucionar y llegar a ser lo que siempre debió ser, una vida digna de ser vivida.

TODO ES MENTAL

Así enuncia la primer ley cósmica su verdad, todo es mental. Quien entiende verdaderamente esto, empezará a construir su universo y sus posibilidades se volverán ilimitadas.

--Este principio encierra la verdad de que «todo es mente». Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de «universo material», «fenómenos de la vida», «materia», «energía», etc., y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto han preocupado la atención del público, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. El estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el porqué todas estas están subordinadas al dominio de la mente. Uno de los antiguos Maestros escribió largo tiempo ha: «El que comprenda la verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero de la maestría». Y estas palabras son tan verdad hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra la maestría es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la puerta del Templo.--

Estas y muchas palabras más acerca de esta ley cósmica pueden ser leídas en EL KYBALION, escrito por el gran maestro iluminado Hermes Trismegisto.

A continuación quiero exponerles una reflexión. Cuando caminen por un parque, una plaza o cualquier lugar con árboles, tómense un tiempo y observen uno. Pregúntense a sí mismos si el arbol que están viendo en realidad está ahí. Al leer esto tal vez les parezca absurdo el ejercicio y contesten de inmediato, "claro que el arbol está ahí", pero un pequeño exámen pondrá al descubierto la realidad. Aquél arbol y cualquier cosa sólo puede ser visto en presencia de luz, si esta no estuviera resultaría imposible verlo. De todo el espectro electromagnético (del cual sólo vemos una mínima fracción) el arbol recoge una fracción importante y sus partículas en cambio rechazan otra fracción (luz y color que es cualquiera menos del color que realmente es el arbol), esto es lo que llega a nuestros ojos (gracias a Dios que es así, imaginen un arbol en medio de los ojos!!!), así que de entrada queda al descubierto que no vemos el arbol. La luz reflejada (o rechazada por el arbol) es recibida por nuestra pupila la cuál regula y ajusta su abertura según la luminosidad y de ahí llega a nuestra retina la cual junto con millones de células nerviosas tranforma este impulso óptico en uno nervioso. Así que tampoco vemos la luz rechazada por el arbol. Luego nuestro cerebro INTERPRETA estos impulsos y crea una imagen en nuestro cerebro y así decimos que vemos. Esta explicación es absolutamente burda y carente de detalles indispensables en el proceso de la vista, pero nos ayuda a ilustrar los muchos procesos que ocurren simultáneamente para que podamos "ver". Luego de saber esto y reflexionarlo un poco, podemos hacernos de nuevo la pregunta de si realmente el arbol está ahí. El arbol sólo está en nuestra mente.
Podemos hacer explicaciones como esta de los demás sentidos. Relamente nunca tocamos las cosas directamente, las fuerzas de repulsión de los electrones de cada material nos dan la sensación de tocar, el gusto y el olfato es cuestión química y así por el estilo.

Cuando comprendamos el principio del mentalismo, TODO ES MENTAL, miles de puertas se nos abrirán.

He querido comenzar con esta entrada para dejar bien sentadas las bases de cómo es que en realidad cada quien es arquitecto de su propio destino. En la siguiente entrada ahondaré en cómo podemos sacar partido a esta máxima cósmica.